Si importantes son las instalaciones, la calidad de sus equipos y detalle de los acabados, el mantenimiento de los mismos es crucial para que tengan un funcionamiento idóneo, presten un servicio fiable, y tengan la vida útil para la que cada equipo está calculada, de modo que las instalaciones sean lo más eficientes, fiables y rentables posible.
En ocasiones, hay clientes, que aún asocian el gasto económico que supone el mantenimiento, a algo superfluo, que puede ahorrarse; mientras que (según estudios de la FEMHU) el ahorro que genera una instalación con un mantenimiento adecuado, supera el 260% del gasto ocasionado por el mismo, sin hablar de los quebraderos de cabeza, que un mantenimiento deficitario nos puede ocasionar, por que los equipos dan problemas cuando más los necesitamos, o sea, cuanto más se utilizan, ¿y si en este momento fallan?…
Un buen mantenimiento consta de varios factores:
Para los clientes que lo deseen, tenemos un sistema de mantenimientos programados para sus equipos, de manera que estos estén siempre a punto y en perfectas condiciones para una muy alta fiabilidad, duración y correcta eficiencia energética en el día a día.